PRIMERA ENTRADA-PRESENTACIÓN

Me llamo María Jesús, tengo cincuenta y ocho años y trabajo en relaciones internacionales. He viajado mucho y vivido en varios países de Latinoamérica y de Europa, a veces varios años. 

Esta foto Abre los ojos, encontrada en la pared de un pueblo cualquiera de Galicia, me recuerda continuamente la importancia de ir por la vida expectante, aprendiendo de las geografías, y de tener siempre presente que cada persona es única, con sus inquietudes, sus preocupaciones y sus sueños.

Soy consciente de que soy una privilegiada, una niña que nació en los años sesenta, de familia sencilla, la mayor de una familia numerosa, que pudo formarse en la universidad, un sueño que me acompañaba desde pequeña. He sido adolescente en los años ochenta, un tiempo fundamental para nuestro país, donde era difícil salir adelante si eras mujer porque se esperaban otras cosas de nosotras y donde había que luchar el triple para demostrar la valía profesional.

Los viajes me han proporcionado la certeza de que gran parte de la discriminación es socioeconómica y que sólo el azar de haber nacido en una familia o en otra, en un país europeo, asiático o africano, determina en muchas ocasiones las oportunidades que recibimos y el hecho de que unos u otros podamos avanzar o seguir perpetuando generaciones inmersas en la pobreza.

Escribo desde que puedo hacerlo. He publicado algunos cuentos y una obra de teatro. En mi cajón guardo un pequeño poemario inédito titulado Versos incómodos y algunos cuentos breves sobre maltrato. Si venzo la vergüenza, tal vez pueda compartir algún texto en este blog.

He pertenecido a la Comisión de Igualdad de un organismo anterior donde trabajé y me recuerdo desde adolescente acudiendo a las manifestaciones donde gritaba El hijo del obrero a la Universidad.

El curso Fundamentos sobre la igualdad de trato y no discriminación me interesa especialmente porque creo que casi todas las personas tenemos conductas discriminatorias sin saberlo. Y quiero aprender a detectar dónde fallo y no me doy cuenta, en qué momentos los demás discriminan y tampoco lo saben, porque a veces creo (y podemos abrir un debate) que cada uno discrimina a su manera y cuando puede, que la cadena puede llegar a ser infinita y no lo sabemos.

Espero mucho de esta formación, pero creo que ha empezado muy bien, porque ya se han comenzado a compartir experiencias que aportan enriquecimiento a cualquier intercambio humano.

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